- Commodore PET 2001 Series
- Commodore CBM 3032
- Commodore VIC-20
- Commodore 64
- Commodore 16 y Plus/4
- Commodore 128 y 128D
- Commodore Amiga
Tras proteger y empaquetar adecuadamente todas las unidades de almacenamiento y soportes de la entrada del pasado día 5 mi mesa de trabajo quedó vacía, preparada para acoger todos los equipos de Commodore que guardaba en el sótano. Tras varias horas de limpieza y pruebas el aspecto de la mesa era el que podía verse en la imagen inferior.
En la secuencia de tres imágenes siguientes se pueden apreciar mejor la docena de ordenadores (algunos están dentro de sus cajas) y algunos periféricos. Aparecen, de izquierda a derecha y de detrás hacia adelante, un PET 2001, un VIC-20, un 64C, un CBM 3032, un 16, un Plus-4, un 128 en su caja, un 128D y un 128, un 64C en su caja, un 600HD en su caja y un 500 Plus, aparte un par de unidades de casete, unidad de disco externa, software y manuales.
Commodore es una de las marcas míticas para todos aquellos que comenzamos en la informática entre los 70 y los 80. La empresa, no obstante, nació en 1955 como un negocio de reparación de máquinas de escribir y, posteriormente, se dedicó a la fabricación de calculadoras, antes de convertirse, a mediados de los 70, en el primer fabricante de ordenadores personales (no kits, como los que ofrecían por entonces otros fabricantes).
Quizá más mítico que la propia firma fue su fundador, Jack Tramiel, un emprendedor que abandonó Commodore en 1984, dejándola en su apogeo, para iniciar una nueva empresa que se hizo con Atari, por entonces de capa caída tras el fracaso de sus últimos productos en el campo de las videoconsolas de juegos. El objetivo de Tramiel era crear un ordenador de próxima generación, algo revolucionario partiendo desde cero, pero esa es otra historia.
Commodore PET 2001 Series
El primer ordenador fabricado por Commodore se denominó PET (Personal Electronic Transactor) y durante un tiempo tuvo bastante éxito, existiendo varias versiones del mismo. Se caracterizaba por incorporar en una misma pieza el ordenador, el teclado y el monitor y, las primeras versiones, también la unidad de casete. El ordenador se presentó en enero de 1977, antes de que Apple hubiese comenzado a ofrecer su Apple II.
El teclado de ese modelo original era plano y tenía un tacto blando y plástico, algo que no gustó a la mayoría de los usuarios. Por ello Commodore modificó el diseño e incorporó un teclado mecánico clásico, pero para ello tuvo que prescindir de la unidad de casete integrada. Es ese modelo posterior el que yo tengo y que aparece en las fotografías inferiores.
La pantalla monocroma tenía el fondo negro y el texto aparecía en verde. Solamente se contemplaba el uso de mayúsculas (como en muchos otros ordenadores posteriores de la marca), pero la existencia de un keypad numérico a la derecha le diferenciaba claramente de otras ordenadores, dándole un aspecto más profesional.
Este ordenador incorporaba un microprocesador MOS 6502 operando a 1 Mhz y había modelos con 4 y 8 KBytes de memoria RAM. El mío incorpora 8 KBytes, es decir, 8192 bytes de memoria, de los cuales 5119 bytes están libres tras iniciar el intérprete de BASIC tal y como se aprecia en la imagen inferior.
A pesar de que, como puede verse en la fotografía anterior, el ordenador indica que el intérprete de BASIC es COMMODORE BASIC, en realidad dicho software fue escrito por Micro-Soft (la actual Microsoft). Commodore llegó a un acuerdo con Bill Gates y Paul Allen en 1976 por el que se otorgaba a la primera licencia para utilizar dicho software a cambio de un único pago, en lugar de por cada copia del intérprete. Esto permitió a Commodore incluir este BASIC en decenas de millones de máquinas sin coste adicional y, de paso, provocó que Micro-Soft aprendiese y comenzase a usar licencias por copia, pero esa es otra historia.
El diseño del Commodore PET era realmente sencillo, como puede observarse en las fotografías inferiores donde aparece abierto. La placa alojaba el microprocesador, la memoria RAM, el generador de caracteres, la PROM con el intérprete de BASIC, el generador de vídeo, etc.
Commodore CBM 3032
El Commodore CBM 3032 (presentado en 1979) pertenece a la misma familia que el PET, algo que salta a la vista como puede comprobarse en las imágenes inferiores. La diferencia fundamental, aparte de los detalles en la pantalla y los colores del teclado, estriba en que el CBM 3032 cuenta con 32 KBytes de RAM, cuatro veces más que el PET. Ambos equipos podían conectarse a una unidad externa de discos de 5.25 pulgadas (véase la entrada sobre unidades de almacenamiento) y una impresora que tengo por el sótano.
La serie 2001 de Commodore PET evolucionó en los años siguientes, presentándose la serie 4000, la serie 8000 y, finalmente, la 9000 o SuperPET, con monitores de mayor tamaño (hasta 12 pulgadas) que hacían más cómodo trabajar con texto en 80 columnas (la serie 2001 tenía 40 columnas), más memoria RAM, varios conjuntos de caracteres (seguía sin tener color ni gráficos) y una ROM renovada que no solamente incluía el intérprete de BASIC de modelos previos, sino también otros lenguajes de programación como MicroFORTRAN, MicroPascal y MicroCOBOL, entre otros.
Commodore VIC-20
A principios de los ochenta las ventas de los sistemas Commodore, un completo éxito hasta la fecha, comienzan a caer, en gran parte debido a que la competencia (Apple II, TRS-80, etc.) ofrecía ordenadores con color, gráficos y sonido, algo de lo que carecía el PET y sus sucesores. La respuesta de Commodore no se hizo esperar y en junio de 1980 presentó el VIC-20.
Basado en el mismo microprocesador que el PET, el MOS 6502 a 1Mhz, el VIC-20 ofrecía 5 KBytes de RAM (3583 bytes libres tras iniciarse), tenía un modo de texto de 23 líneas por 22 columnas y un modo gráfico de 176x184 píxeles con un máximo de 16 colores (era posible alcanzar hasta 224x256 píxeles en sistemas PAL). También contaba con 3 canales de audio con generadores de onda cuadrada y un canal de ruido.
El nombre de este ordenador procede de un circuito integrado diseñado en 1977 por la propia Commodore para el sector de las consolas de videojuegos pero para el que no se encontró mercado. Dicho chip se denominaba VIC (Video Interface Chip) y no solamente se encargaba de la señal de vídeo (texto y gráficos) sino también de generar el sonido. Este ordenador también fue conocido con los sobrenombres microPET y the Friendly Computer.
Como se aprecia en las imágenes siguientes, el VIC-20 era un ordenador pequeño que, como casi todos los de aquella época, se conectaba a un televisor. Al alimentarse se iniciaba el intérprete Commodore BASIC 2.0, prácticamente idéntico al usado en el PET, no obstante los programas escritos para uno no eran compatibles con el otro y viceversa, ya que el mapa de memoria de ambas máquinas era totalmente distinto y, en el caso del PET, no había gráficas ni sonido.
El VIC-20 fue el primer ordenador personal con gráficos a color en venderse por menos de 300 dólares, así como el primer ordenador en alcanzar la cota de 1.000.000 de unidades fabricadas (por delante del Apple II). En sus mejores momentos Commodore llegó a fabricar 9.000 unidades diarias de este ordenador. Como curiosidad, el pasado 19 de junio se envío el primer twitt desde un VIC-20.
Commodore 64
Tras algunos experimentos que no tuvieron demasiado éxito, como el SuperVIC y el Commodore MAX, en enero de 1982 aparece el producto que realmente elevó a la firma hasta la primera línea en el campo de la microinformática: el Commodore 64, también conocido como C64 y como la panera (por la forma que tenía el modelo original). También se conoció con los nombres en clave VIC-30 y VIC-40, al ser el sucesor del VIC-20.
El C64 tenía, como su nombre indicaba, 64 KBytes de memoria (38911 bytes libres desde BASIC), una capacidad enorme para aquella época en la que Atari o Apple II ofrecían 48 KBytes y el IBM PC 64 KBytes. El C64 incorporaba el nuevo circuito integrado VIC-II, una versión mejorada del chip de vídeo del VIC-20 que permitía trabajar cono 25 líneas x 40 columnas de texto y con gráficos en dos resoluciones distintas: 160x200 y 320x200 píxeles con 16 colores y hasta 8 sprites por hardware. Esto colocaba las capacidades gráficas del C64 por encima de las de la competencia, especialmente de los IBM PC y Apple II.
Además del VIC-II, el C64 contaba con un integrado específico de audio, denominado SID (Sound Interface Device). Este integrado creó una nueva categoría de chips de audio para microordenadores, con sus 3 osciladores de 8 octavas con cuatro generadores de onda por oscilador, filtros de paso bajo y paso alto, control de volumen, etc. Si en cuanto a gráficos el C64 estaba por encima, al hablar de audio su ventaja era aún superior.
La primera versión del C64 se diseñó, para abaratar costes, de forma que pudiera introducirse en la misma carcasa del VIC-20, solamente había que cambiar el logo. Por la misma razón, reducir los costes, se utilizó la misma versión del intérprete de BASIC del VIC-20, aprovechando la licencia obtenida de Microsoft en 1976 y evitando así un coste añadido por el software. Una nueva versión hubiese precisado más memoria PROM y habría incrementado el precio. Gracias a este control sobre los costes el C64 se vendía por 595 dólares, menos de la mitad de lo que costaba un Apple II o un IBM PC.
En los cuatro años siguientes a su nacimiento el C64 acaparó el mercado de ordenadores personales, llegando a hacerse con un 40 por ciento superando a IBM PC y compatibles, Apple II, TRS-80 y los Atari 400/800. Las ventas alcanzaron los 2 millones de unidades anuales y, al alcanzar el final de su vida, en 1994, se calcula que Commodore vendió unos 30 millones de C64, lo cual le convierte en el ordenador personal más vendido de la historia (y así figura en el libro de los records Guinnes).
Una curiosidad: la decisión de Commodore de incluir en el C64 el mismo intérprete de BASIC que en el VIC-20 complicó la vida a los usuarios-programadores, ya que no había sentencias para trabajar con los gráficos, sprites y sonidos, por lo que había que recurrir a los famosos POKE
para realizar todas esas tareas. Se podría haber encargado una nueva versión del intérprete de BASIC a Microsoft, pero el uso de la licencia que se tenía evitó que la empresa de Bill Gates cobrase royalties por esas 30 millones de copias del Commodore BASIC.
En 1986 Commodore actualizó el C64 con una versión a la que denominó C64C. Aparte de simplificarse la circuitería, sin modificar la memoria disponible, los integrados VIC-II y SID ni el intérprete de BASIC, la diferencia fundamental fue el diseño de la carcasa: se abandonó la panera heredada del VIC-20 ofreciendo en su lugar un teclado de mayor tamaño y un color más claro (véanse las fotografías siguientes).
El C64 no solamente era más barato y contaba con un hardware más potente que la productos de la competencia sino que, además, resultaba más amigable ya que bastaba con conectarlo para obtener la pantalla de bienvenida de la fotografía inferior, una característica heredada del VIC-20 (the Friendly Computer) y poder comenzar a trabajar. El intérprete de BASIC estaba en ROM y se iniciaba automáticamente, mientras que otros microordenadores era preciso introducir un cartucho, como en los Atari (a los que dedicaré la próxima entrada), o bien cargarlo de disco.
Además de la unidad de casete, el C64 podía conectarse a una unidad de disco externa (véase la entrada dedicada a las unidades de almacenamiento) lo cual habría las puertas a GEOS (Graphic Environment Operating System), un sistema operativo con una interfaz gráfica muy superior a las de Windows 1 y Windows 2 (las primeras versiones de Windows para IBM PC).
El éxito del C64 provocó que Commodore lo utilizase, con suerte dispar, como base para la fabricación de otros productos de la marca: el Max Machine que únicamente se vendió en Japón (contaba con 8 KBytes de RAM y un teclado de inferior calidad), el C64GS (Commodore 64 Game System) que se diseñó como una consola de juegos basada en cartuchos, el Commodore SX-64 fue la versión portátil del C64 (incluía en una maleta el ordenador, la pantalla, el teclado y las disqueteras de 5.25) y tuvo cierto éxito, ampliándose posteriormente con los modelos DX-64 y SX-100.
Como curiosidad, decir que aún hoy es posible encontrar en bazares unos teclados conectables al televisor que internamente son un C64, existiendo asimismo emuladores de este ordenadores para algunas consolas de videojuegos actuales.
Commodore 16 y Plus/4
Si bien el C64 batió todos los records de ventas de su segmento, compitiendo con los ya mencionados IBM PC, Apple II, Atari 400/800 y TRS-80, paralelamente fueron apareciendo máquinas de menor potencia (como los Texas Instruments, Sinclair o Mattel) que competían en precio, vendiéndose por la mitad o incluso menos de lo que costaba un C64.
En 1983 se inició en Commodore el diseño de un nuevo circuito integrado con el objetivo de abaratar la fabricación de microordenadores. El nuevo chip se denominó TED (Tramiel Editing Device) y tenía capacidades de vídeo, audio, temporizadores, refresco de DRAM y entrada de teclado. Aunque TED permitía modos gráficos de 160x200 y 320x200 con una paleta de 121 colores, no tenía soporte hardware para sprites como el VIC-II del C64. Tampoco las funciones de audio se equiparaban a las de SID pero, en conjunto, se tenía toda la funcionalidad en un único integrado, reduciéndose considerablemente el coste de fabricación.
Utilizando este nuevo circuito integrado, y tomando como base el microprocesador 8501, se fabricaron el C16, el C116 y el Commodore Plus/4. Los tres incluían un renovado intérprete de BASIC, la versión 3.5 del Commodore BASIC, con instrucciones para trabajar con gráficos y sonido. Los dos primeros tenían 16 KBytes de RAM y el tercero 64 KBytes.
El C16 tenía una carcasa negra (véanse fotografías debajo) con la misma forma y teclado que el VIC-20 y el C64 original, si bien la distribución de teclas no era idéntica. La conectividad era más limitada que la del C64 y los joysticks eran específicos, con un conector no estándar. El aspecto más interesante de esta máquina es que se vendía por debajo de los 100 dólares (99 en el lanzamiento), lo cual le permitía competir en el segmento de microordenadores baratos.
El C116 era una variante del C16 que se vendió exclusivamente en Europa y que se diferenciaba en la carcasa y el teclado. Las teclas eran planas y con tacto gomoso, al estilo de otros ordenadores europeos de la época como el Oric-1 o el ZX Spectrum. Ni el C16 en USA ni el C116 en Europa tuvieron demasiado éxito, principalmente por la falta de software para estas máquinas ya que no eran compatibles con el C64 y, por tanto, no podía aprovecharse todo el software existente que era mucho.
En cuanto al Commodore Plus/4, contaba con una carcasa como la del C116 pero las teclas no eran planas sino de tipo profesional, ofrecía 64 KBytes de RAM y, lo más novedoso, incorporaba en ROM una serie de aplicaciones de tipo ofimático: un procesador de textos, una hoja de cálculo, un base de datos y un editor de gráficos, todo ello por menos de 300 dólares. En las imágenes inferiores puede verse el teclado del Plus/4 y las conexiones de que disponía.
A pesar del software incluido, su nuevo intérprete de BASIC, mejor teclado y conectividad y más memoria, tampoco el Plus/4 tuvo la aceptación que Commodore esperaba, hasta tal punto que la empresa decidió vender todo el stock de que disponía en packs como el de la imagen inferior que incluía el ordenador, unidad de casete, joystick y abundante software por un precio casi ridículo.
Commodore 128 y 128D
Tras el fracaso de la serie de ordenadores C16, C116 y Plus/4 Commodore reaccionó diseñando en 1984 uno de los microordenadores de 8 bits más potentes: el Commodore 128. En realidad este ordenador, cuyo aspecto era similar al del Commodore 64C pero de mayores dimensiones como se aprecia en las fotografías siguientes, era un 3 en 1.
Cuando se conectaba el C128 se iniciaba por defecto en el Modo 128, con la versión 7.0 del intérprete de BASIC, 128 KBytes de memoria, una CPU 8502 a 2 Mhz, 25 líneas x 80 columnas en modo texto y hasta 640x200 píxeles con 16 colores en modo gráfico. La máquina incorporaba los integrados VIC-II y SID del C64, así como un integrado de vídeo adicional (el 8563) para los modos de alta resolución.
Al iniciar el ordenador manteniendo pulsada la tecla C=, o bien usando la instrucción GO 64
en el modo anterior, se accedía al Modo 64, en el cual se obtenía casi un cien por cien de compatibilidad con el C64, permitiendo así el uso de la extensa biblioteca de software existente para dicho ordenador.
El tercer modo de funcionamiento se activaba al iniciar el ordenador habiendo introducido en la unidad de disco (externa en el C128 o interna en el C128D) el disco del sistema operativo CP/M (en la imagen inferior aparecen los discos de CP/M Plus 3.0 sobre un C128D). En este modo el C128 usaba como microprocesador un Z80, en lugar del 8502, lo cual le hacía compatible con todo el software disponible para CP/M que era mucho por entonces: la base de datos dBASE II, el procesador de textos WordStar, el entorno de programación Turbo Pascal, etc.
El C128 incorporaba, por tanto, dos microprocesadores, los circuitos integrados de vídeo y audio del C64 (VIC II y SID) y otros circuitos propios como el citado 8563. Contaba con una fuente de alimentación externa y múltiples conexiones, entre ellas para unidades de disco externas. El C128D, por el contrario, incluía en la misma carcasa la fuente de alimentación y unidad de discos, mientras que el teclado pasaba a ser un elemento desacoplado como se aprecia en las fotografías inferiores.
El C128 contó con una versión específica de GEOS que aprovechaba las características del Modo 128, pero la mayor parte del software desarrollado para esta máquina no se escribía para sacar provecho de las nuevas posibilidades. No obstante el C128 tuvo bastante éxito, tanto por su compatibilidad con el C64 como, especialmente, por tener la posibilidad de funcionar con CP/M. Personalmente aún recuerdo cuando tuve acceso por primera vez a este microordenador, a mediados de los ochenta en el centro en que trabajaba entonces, y el impacto que causó ya que superaba con creces a las máquinas que usábamos entonces: XEROX 820, IF-800 y los primeros IBM PC, especialmente en el apartado gráfico.
Como curiosidad, en la primera de las imágenes inferiores puede verse cómo al iniciar el C128 en modo nativo (Modo 128) bajo la indicación de la versión del intérprete de BASIC y la memoria libre aparece el mensaje (C)1977 MICROSOFT CORP. y es que Commodore siguió usando la licencia por la que efectuó un único pago hasta el final, en este ordenador que fue la última máquina de 8 bits fabricada por la firma.
Commodore Amiga
En 1984, mientras Commodore fabricaba su C128 y seguía vendiendo el C64 a buen ritmo, un equipo de desarrollo denominado Amiga Inc. agotó sus recursos económicos durante el diseño de una serie de circuitos integrados llamados Daphne/Denise, Agnus y Paula que serían la base de un ordenador revolucionario. Sony, Philips y HP se interesaron por esa tecnología, si bien finalmente la pugna quedó entre Atari (dirigida ya en ese momento por Jack Tramiel tras abandonar Commodore) y la propia Commodore, pero ... esa es otra historia.
Commodore se hizo con Amiga Inc. y en 1985 presentó el Commodore Amiga (redenominado posteriormente como Amiga 1000 para distinguirlo de modelos ulteriores). Se trataba de un ordenador que rompía por completo con el pasado de Commodore, algo lógico ya que a mediados de la década de los ochenta los sistemas de 8 bits estaban en decadencia. Su microprocesador era un 68000 de Motorola a 7 Mhz, con una arquitectura interna de 32 bits, bus de datos de 16 bits y bus de direcciones de 24 bits. Hay que tener en cuenta que por entonces los IBM PC y compatibles eran sistemas de 16 bits, limitados en potencia y memoria accesible. El primer PC de 32 bits, basado en el Intel 80386, no apareció hasta 1986 de la mano de Compaq.
Los custom chips diseñados por Amiga Inc. se encargaban del vídeo (Denise), del audio (Paula) y de toda la E/S y control interno (Agnus). Los gráficos podían llegar a los 640x512 píxeles (700x600 con overscan), usar hasta 4096 colores simultáneamente e incluso mostrar en pantalla varios modos gráficos simultáneamente. En cuanto al audio, contaba con 4 canales de 8 bits y sonido estéreo.
Los Amiga incorporan una unidad de disco de 3.5 pulgadas y 880 KBytes, existiendo modelos con disco duro de diferentes tamaños. Al Amiga 1000 le sucedió el Amiga 500 o, simplemente, A500. Éste es el Commodore Amiga que la mayoría de los usuarios tuvieron, por su precio reducido (en comparación con otros modelos) y el hecho de que Commodore usara para su venta el mismo canal de distribución del C64, en lugar del canal profesional al que se dirigió el Amiga 1000. Para 1989 Commodore ya había vendido un millón de unidades del A500.
A principios de los noventa, tras tener en el mercado modelos como el Amiga 2000, Amiga 2500 y Amiga 3000, el A-500 tuvo su sucesor en el A-500 Plus, equipo al que pertenecen las fotografías que hay bajo estas líneas.
El A-500 Plus fue sucedido por el A600, el A600HD y, finalmente, el A1200. La línea del Amiga x000, que se diferenciaba por tener teclado independiente y mayores capacidades de almacenamiento, acabó con el Amiga 4000. También existió una consola de videojuegos basada en el Amiga: la Commodore Amiga CD32, si bien no tuvo demasiado éxito comercial.
El A600HD tenía un tamaño menor que el A-500, a pesar de lo cual contaba con más memoria RAM y disponía de un disco duro interno (de 30 MB en el caso del que yo tengo, que puede verse en las fotografías siguientes). En ReturnOK - La wiki sobre retroinformática he colocado una galería de imágenes de este ordenador abierto, mostrando cómo está montado el disco duro en su interior.
El hardware del Commodore Amiga era aprovechado por un sistema operativo desarrollado a medida de la máquina: el AmigaOS. Éste se componía de dos partes: Kickstart se alojaba en ROM y se encargaba de la inicialización del hardware y cargar el software de disquete o disco duro, Workbench era el entorno gráfico que permitía trabajar con el ordenador. Se trataba de un sistema operativo multitarea y se desarrollaron versiones de 16 y 32 bits tanto para Motorola 680x0 como para PowerPC. Se trataba de un software que estaba a años luz de lo que la competencia ofrecía por entonces: DOS, Windows 2, GEM y similares.
Cuando se conecta un Amiga que no tiene disco duro aparece la clásica imagen (véase primera fotografía inferior) que solicita la inserción del disco de sistema. Tras cargarlo, el Workbench 1.3 tiene el aspecto que puede verse en la segunda fotografía.
El A600HD incorpora la versión 2.0 de AmigaOS, con un aspecto más cuidado del Workbench como puede verse en la primera fotografía de las que hay a continuación. Es la última galería fotográfica y en ella, aparte del Workbench 2.0, hay dos imágenes del famoso programa Deluxe PAINT III en funcionamiento y otras dos del juego The Lost Vikings.
A pesar del indudable éxito que supusieron el C64 o el Amiga, Commodore se aventuró en la fabricación de ordenadores compatibles con IBM PC invirtiendo una buena parte de sus recursos en ello sin conseguir, sin embargo, una cuota significativa. En 1993 se abandonó la fabricación de PCs, pero las perdidas ya eran importantes y el 29 de abril de 1994 Commodore anuncia su liquidación y cierre.
Las marcas Commodore y Amiga, que fueron vendidas en el proceso de liquidación, han ido pasando de mano en mano durante los últimos años por empresas como ESCOM, Tulip y Gateway 2000. Lo más interesante es que, a pesar de todo, tanto el C64 como el Amiga siguen teniendo una gran comunidad de adeptos que continúan desarrollando tanto hardware como software para estas increibles máquinas.